Necesito del mar porque me enseña[i]
Una sensación de euforia contenida, y no exenta de expectación, es la que tenemos frente a los fondos NEXT GENERATION que, en forma de maná, estamos esperando a que se concreten para sacarnos del atolladero emocional en el que estamos actualmente.
La importancia económica, social y territorial que pueden tener va más allá de lo que imaginamos, son, creo, vitales para que abordemos un futuro ahora demasiado incierto.
Me preocupa que, si no se hace un uso estratégico en primer lugar, y si no se le da una continuidad a muy largo plazo, no sea más que otro error histórico, pero en este caso de dimensiones históricas. ¿Estará ahí un nuevo covid para recordárnoslo?
Somos un país que consume muchos productos del mar, de los que más en el mundo, pero a su vez somos extraordinariamente dependientes de las importaciones, ya que apenas si pescamos o producimos un 25%, tal vez un 30%, de lo que consumimos. Somos ineficientes y posiblemente poco competentes, siempre lo he creído. Esto hace que nuestra tasa de autosuficiencia acuícola sea muy baja y, lo que es peor, parece que nos importa poco.